El incidente ocurrió cuando un avión de la aerolínea Ceiba Intercontinental, con más de 300 personas a bordo, se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en una zona boscosa cerca del aeropuerto internacional de Malabo, en la capital de Guinea Ecuatorial. Según los informes preliminares, la tripulación detectó una falla técnica poco antes de la aproximación final al aeropuerto, lo que los obligó a buscar una zona segura para aterrizar.
Gracias a la rápida y eficiente reacción de la tripulación, el avión logró descender sin mayores daños en un área cubierta de vegetación densa. Los equipos de emergencia del aeropuerto y otras unidades de rescate se movilizaron rápidamente al lugar del incidente, brindando asistencia inmediata a los pasajeros y tripulantes.
A pesar del susto, no se reportaron víctimas mortales. Sin embargo, algunos pasajeros sufrieron heridas leves y fueron trasladados a centros médicos cercanos para recibir tratamiento. Las autoridades aeronáuticas de Guinea Ecuatorial han iniciado una investigación para determinar las causas exactas del fallo que llevó al aterrizaje de emergencia.
Este incidente subraya la importancia de la preparación y el entrenamiento de las tripulaciones aéreas para manejar situaciones de emergencia, así como la necesidad de mantener estrictos controles de seguridad en la industria de la aviación. La aerolínea Ceiba Intercontinental no ha emitido un comunicado oficial al respecto, pero se espera que lo haga en las próximas horas, mientras se recopila más información sobre el suceso.
El aterrizaje forzoso generó gran conmoción tanto entre los pasajeros como en la comunidad local, quienes aplauden el trabajo de los pilotos y equipos de rescate por evitar una tragedia mayor.
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